Columna Mirador 33____________
- Mario Ruiz

- 16 jul
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Por Mario Ruiz Hernández
Mantiene la NZT la sistemática fotografía anual de “las calamidades”, los puntos de riesgo a las anegaciones los mismos de décadas atrás
+ Al parecer, no hay tregua ni literal, “poder humano” que supere a la naturaleza, y sus consecuencias
++ Las eventualidades han llegado a visibilizar municipios de igual, La Zona del Valle Cuautitlán-Texcoco-México, más que por el trabajo y la calidad de vida, que las desgracias…
+++Punto y Aparte+++ Sacerdotes buscan acercarse a narcotraficantes y grupos criminales para construir la paz en México
Es realmente complicado el continuar en cada lluvia que registramos, con una serie de severas inundaciones, y derivado de ello el completo caos por todas partes, y aunque en algunos lados la respuesta de autoridades federales, estatales y municipales es pronta y hasta expedita, en otros la situación se torna a “cuenta gotas”, y difícil de superar de manera rápida, y lo peor, y lo hemos venido citando sistemáticamente, que estos es la fotografía anual y literal, sumergida más que en agua, en el tiempo; en los mismos lugares, en los mismos puntos de riesgo, en los mismas localidades, sus avenidas y vialidades intermunicipales, así como en los mismos ríos, presas y bordos.
En ese marco de referencia, tal pareciera e insistimos, que el tiempo no ha pasado, que las circunstancias siguen siendo igualitas en los años, quizá hoy más y peor que antes a consecuencia del cambio climático, el calentamiento global, y el efecto invernadero que, en definitiva, modificó el ambiente medio, la naturaleza y el hábitat, y nada bueno todavía podemos esperar en este temporal, que estar a la expectativa, en los monitoreos constantes en todos y cada uno de los cuerpos de agua y en su saneamiento constante, en las convocatorias de limpieza de desechos y en la implementación de diferentes campañas de no tirar basura en las calles.
Cada región para nuestro caso del Edomex, y particularmente la Zona Naucalpan, Tlalnepantla y Atizapán de Zaragoza (NZT), así como sus municipios adyacentes a este polígono urbano, y sus alcaldes; Isaac Montoya, Raciel Pérez Cruz, Pedro Rodríguez; Yoselín Mendoza en Nicolás Romero; Cuautitlán Izcalli, Daniel Serrano, Cuautitlán, México, Juanita Carrillo; Tultitlán, Ana María Castro Fernández; Coacalco, David Sánchez Isidoro, Tultepec, Sergio Luna Cortés y Ecatepec, Azucena Cisneros Coss, enfrentan hoy en día y en la anualidad, escenarios comunes de desastre; unos definitivamente que ya lo han experimentado, y otros que están en el principio de lo que ello implica.
Sin embargo, seguro que de algún modo la situación creo, es del conocimiento público; las anegaciones en la vía López Portillo-en el paradero de “La Bandera” y en Villa de las Flores- y sus afectaciones como siempre, en la vialidad Gustavo Baz, el desbordamiento de ríos y canales, el Chico y Cartagena, afectando a zonas como San Blas, y Santa Elena, y la carretera México-Querétaro, Cuautitlán-Tlalnepantla, Cuautitlán-Coyotepec y arterias Tultitlán- Coacalco- Jaltenco que preside, Rosario Payne y Zumpango que lidera la alcaldesa Roselia García, y toda el área de la franja de Unidades Habitacionales como “La Laguna”, y territorios que comparten incluso, problemas limítrofes.
La zona del precisamente Valle Cuautitlán-Texcoco-Zumpango, evidentemente creció desproporcionalmente rebasando la oferta de servicios básicos y por dónde se le mire; dejó en su progresión diversos conflictos, falta de obra pública, de sistemas de infraestructura urbana e hidráulica, innumerables desarrollos habitacionales inacabados, pendientes en la tenencia de la tierra y legítima posesión de predios entre demarcaciones justamente territoriales, y que en el tiempo, han mantenido férrea lucha jurídica, y no es menor igual, el extraordinario registro de distintas “calamidades” como lo es el impactante temporal decíamos de las lluvias ahora cada vez más atípicas.
Este perímetro actual y desafortunadamente visibilizado más por la adversidad que en los trabajos de autoridades municipales cuyo reto es elevar la calidad de vida y el Bienestar de sus habitantes, focalizó de unos años a la fecha, el notable y susceptible registro al riesgo, manteniendo en alerta a la población de las anegaciones y los encharcamientos; es parte de la ruta del desfogue de las aguas negras de la Gran Ciudad de México, al Tajo de Nochistongo, el cual es un sistema de ríos, arroyos y canales ubicado sobre lo que fuera el antiguo Lago de Texcoco entre los estados de México e Hidalgo, construido desde la época de la colonia para evitar las inundaciones.
No obstante, y hasta hoy, pese además a la construcción de un canal en Huehuetoca, con el fin de drenar el lago de Zumpango para prevenir las crecidas, y así también se interceptaría el río Cuautitlán para ser redirigido hacia el río Tula, la región pese a todo, sigue sufriendo, sigue estando en el semáforo de alto riesgo, aún con los trabajos de desazolve para desalojar el agua, que han alcanzado y hasta rebasado los 25 centímetros de altura en algunos lugares, y en los cuales es urgente disponer de las medidas necesarias a efecto de hacer frente a las contingencias, y más aún cuando el amplio polígono urbano, o la concentridad, está expuesta persistentemente al peligro.
+++Punto y Aparte+++ Sacerdotes buscan acercarse a narcotraficantes y grupos criminales para construir la paz en México
MÉXICO.— La Universidad Pontificia de México (UPM) alberga desde esta semana un taller inédito donde alrededor de 40 sacerdotes y 30 laicos de Guerrero, Jalisco y Michoacán reciben capacitación para establecer puentes de diálogo con grupos delictivos.
La información, obtenida por el diario Reforma y confirmada por autoridades eclesiásticas, detalla que el taller, llamado Fortalecimiento de Capacidades de Negociación en Sacerdotes y Agentes, es organizado por la Comisión Episcopal para la Pastoral Social, el Centro Lindavista y el Instituto para la Paz.
Su enfoque principal es la creación de un modelo de colaboración entre Iglesia, sociedad civil y autoridades para enfrentar la violencia en distintas regiones del país.
¿Cuál es el objetivo del taller?
El arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, explicó que se busca construir una metodología de diálogo para que párrocos puedan acercarse a integrantes de grupos criminales y, desde la Iglesia, contribuir a la paz.
Sí, es parte de lo que estamos pretendiendo, aprender a ver cómo hacerlo. Cómo acercarse a ellos, parte de este taller es que precisamente tengamos alternativas y tener modelos de diálogo”, comentó.
El curso se inspira en experiencias implementadas en Colombia y pretende desarrollar un esquema que promueva la rehabilitación de delincuentes, la atención a víctimas y la reconstrucción del tejido social.
¿La Iglesia ya había intentado dialogar con el crimen?
Según Garfias, desde hace dos décadas la Iglesia mexicana ha tenido como uno de sus objetivos alcanzar la paz, y hace al menos diez años comenzó a considerarse la idea de dialogar con criminales.
Cuando estuve metido en el sistema de paz, sobre todo en Guerrero, lo platicamos con algunos de los obispos y algunos sacerdotes (decíamos) ya viene el momento en que tenemos que buscar a los delincuentes y ofrecerles acompañamiento pastoral”, recordó el arzobispo.
Añadió que ya existen casos donde los sacerdotes llegan a acuerdos pastorales con grupos criminales para poder realizar su labor sin riesgo.
Por ejemplo, un sacerdote que tiene su parroquia en la sierra, en el filo mayor en Guerrero, en la montaña, tiene que tener alguna forma de acuerdo con las delincuencias para que pueda ir y venir a realizar su ministerio”, señaló.
¿Qué otros temas abarca el taller?
Además de los temas de negociación y diálogo, el programa también incluye:
La generación de espacios educativos para fomentar una cultura de paz.
El impulso a las mujeres como promotoras de reconciliación.
El cuidado de la causa común y la organización ante emergencias o situaciones imprevistas.
El taller concluye este martes y forma parte de los esfuerzos de la Iglesia por participar de manera activa en soluciones a la inseguridad en México, especialmente en zonas donde la violencia ha limitado las actividades religiosas y comunitarias.
Fuente: “ Reforma, México”.
Enya M. Contreras
17 de julio del 2025.

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