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“Crónicas del Tiempo”...

Festeja el Legendario Pueblo de San Bartolo en Naucalpan centro a su “Santo Patrón, San Bartolomé Apóstol”


• En la festividad, aún quedan vivos aquellos grandes recuerdos de muchas generaciones que aquí nacimos, y compartimos grandes episodios y grandes momentos de ese sitio que se nos fue de las manos


• Es posible, que esta celebración tuviese más resonancia que la Conmemoración del 3 de septiembre (1874), que, por Decreto de la Legislatura Local, elevó al pueblo de San Bartolo Naucalpan al rango de Villa de Juárez.


• San Bartolo, aún sigue siendo el epicentro del comercio, y los servicios, de esos negocios que marcaron toda una época en el legendario San Bartolo, de las desaparecidas Cantinas; “Aquí es Jalisco, La Mil Hierbas, La Lupita, y las pulquerías de Zenaido Navarro, Don Nacho Gil y Bel Encanto de Bento Vega, hasta la desaparecida Panadería, o la Zapatería la Ribera, o la Canadá.


                                                                                                   A mí familia y amigo todos…

Por Mario Ruiz Hernández


NAUCALPAN, Méx., a 24 de agosto del 2025.- Hoy domingo 24 de agosto, el Pueblo de San Bartolo, en la Festividad Patronal de San Bartolomé Apóstol, conmemoramos un año más de existencia.


El corolario, y de siempre, aunque ya no como antes, el volver a recordar uno y demasiados momentos de vuestras infancias, a los que hicimos aquí, en ese legendario poblado, comunidad.


Evidentemente, la Parroquia, el punto de encuentro vecinal, y que, en definitiva, unía a las familias de lo que, en estos días, es Naucalpan centro, San Bartolo.


En realidad, cuántas anécdotas, cuántas vivencias, la nostalgia de con quienes crecimos y de muchos de nosotros, la grandes imágenes y personalidades que, quizá fueron nuestros referentes sino es que hasta héroes.


En San Bartolo éramos todos los vecinos de su amplio territorio parroquial, o lo que es la denominada cabecera municipal y que, de alguna manera, sabíamos de qué familias proveníamos.


Realmente, era la unidad vecinal la que nos movía, la que nos integraba en torno a la sociedad, y que a otras zonas, lo que hoy es la Plaza Revolución, o Parque Revolución, atrapaba a su gente, y más que el propio espacio público, sino porque aquí, antes, se encontraba el Mercado de la Cabecera y la Primaria Isidro Fabela; es decir, en el lugar concurría la gente a sus compras o la escuela.


Asimismo, y en prácticamente todo el entorno, rodeado de diversos negocios, que poco a poco fueron desapareciendo, pero que, en su momento, significaron en el sentimiento vivo de identidad y pertenencia.


De un lado, al otro extremo, de la Jalisco, del Dr. Maurilio, la Casa de la Familia de Don Federico Déciga, a la Mil Hierbas que después pasaría a “La Casa Loza”, a “La Lupita; Casa Cadena, Casa Cano, el Restaurante el Tepeyac de Gervasio Calderón, al impresionante referente y punto de encuentro de San Bartolo y su Puerto de Veracruz de Manolo y Francisco Cano Razo, la panadería de Don Porfirio, o los Mariscos de la Familia Falcón, y las vecindades.


De igual forma, y sobre toda en la prehispánica Avenida 16 de Septiembre, que es la continuidad de la Avenida Tlacopan-México-Tacuba, y la caseta 12, hasta acá, la Papelería Casa Sara, las Bodegas Chimalpa, o los Chimalpa o las Pulquerías de Zenaido Navarro, Don Nacho Gil y Don Beto Vega.


El Chamizal de “Don Brígido Novales”, las carnicerías de Don Polo Becerril, Doña Paz Vázquez, o “los Colín” los puestos de carnitas, de Los Arzate de las calles de Primavera y San José, o las del Chaparrito en la calle de Abasolo, y el Restaurancito de la Mamá del Dr. Lino Guzmán, “La Flor de Veracruz” y las enchiladas de mole cada domingo; la Panadería de San Bartolo, la Gasolinera, y la Zapatería la Ribera, y todo aquello que envolvía el centro de San Bartolo, y sus tradicionales cantinas.


El extraordinario igual, marco de referencia que al mismo tiempo daba el colorido a lo religioso, a la Fiesta Patronal de San Bartolomé Apóstol, este día “anda suelto el diablo”, nos decían nuestros grandes o mayores.


La leyenda, y es que aseguran que desde cerca de la medianoche del 23 y durante todo el 24 de agosto, “el diablo ronda especialmente suelto por el mundo, causando daños y percances”.


El 24 de agosto la Iglesia Católica “festeja a San Bartolomé Apóstol”, quien fue “un hombre elegido por Cristo, que fue testigo de sus obras, de sus dichos, que fue enviado a predicar y que enseñó valientemente hasta el martirio”.


“Por no renegar de su fe, y por defenderla ante los herejes, ante los no cristianos, este hombre fue martirizado en una forma brutal: Lo desollaron vivo, es decir, le fueron levantando toda la piel mientras él estaba vivo, pero dando testimonio de su fe al Señor Jesucristo”.


No obstante, al suceso religioso y en nuestro entorno, la preparación para la gran festividad no desmeritaba, y en verdad, la Fiesta de San Bartolo nos integraba a todos; ricos y pobres.


La fe movía a la gente del pueblo, la campanita que anunciaba la hora de los días sábados en la tarde para ir a la doctrina; y pasaban por la cuadra recorriéndola toda hasta llegar a la iglesia.


En verdad muchas familias del centro, de San Bartolo, socializaban a partir del centro religioso, en las comunidades, ministerios y asociaciones; la Liturgia y las Hermanas Franciscanas, de la tercera orden.


Familias comentábamos que pertenecían a estos grupos al interior de la parroquia, las Hermanas Mayén, o Altagracia o Virginia, Gutiérrez, las Hermanas del Popo y Benito Gutiérrez y el “ Tío Manuel”.


Don Ignacio González, o la Familia Moreno Rodríguez del Callejón del Calvario, la Hermana Trinidad Cárdenas Ramírez, Dolores Hernández Cárdenas, o la Familia Manzo y Rosas Becerril de Gustavo Baz.


Los Rodríguez de la Calle de Zaragoza, “Don Alberto Vega y su Esposa Doña Consuelo Gallegos”, “Don Espiridión”, o Doña Benita, y sus exquisitas cenas-las flautas o quesadillas, enchiladas y pambazos.


Los barrios de San José y “La calle Primavera”, de los Fuentes, Arzate, Ruiz García, Navarro, y del otro lado en 20 de noviembre de Arcadio Cadena o Don Maximiliano Gasca, Armando Becerril Estrada y “Don Primitivo Rivas Rida”. Y ábranla que ya llegaron-


En otro orden, La Festividad fue por muchos años el motivo de encuentro de una y diversas generaciones de Naucalpenses-de San Bartolo- quizá y aún y más trascendente que la conmemoración del 3 de septiembre de 1874, que, por decreto de la legislatura local, elevó al pueblo de San Bartolo Naucalpan al rango de Villa de Juárez.


Hace exactamente 151 años, que el pueblo de San Bartolo pasó a ser la Villa de Juárez, dando inicio a la vida institucional de lo que hoy es Naucalpan de Juárez.


Ese día conmemoramos ese momento histórico y rendimos homenaje a la riqueza de nuestro municipio, la fortaleza de sus cuatro casas y a la perseverancia de más de 250 localidades que impulsan a la gente ir hacia adelante.


Sin embargo, el más alto significado de todo Naucalpense, de los que aquí nacimos y vivimos, aún y todavía “dando guerra”, y desde la 16 de septiembre con los Vázquez Rodríguez y Becerril Arzate, “La de Mamá Lucha, la Tía Deli, Olguita, Arturo y el Güero Vicky” el de Héctor , “Tavo”; “el Coy”, Juan Carlos y Raúl Chávez Becerril”, San Bartolo de “Don Andrés Becerril Arzate, de Miguel Adolfo, o Artemio Becerril Ortiz, quizá el de Audomaro Becerril o “Moisés, y Jorge Becerril Abascal”.


El San Bartolo de Alonso, Abelardo, y el del Frontón, México y el Jai alai, o el de “El talachas”, Rafa Becerril, o Raúl “El Oso”, Mario Cano, “El callao”; el de Beto, Vicky y José Luis Bram Arzate y su Cabañita, así como todos los Falcón, “El Santo Viejo, Heraclio Bernal y todos los Caspeados”.


Aquel San Bartolo de Don Xavier Chávez Tello, el de “Don Agapito”, y el equipo de Fútbol de tercera división, “Los Mastines de Naucalpan”, el San Bartolo de Don Luis Albarrán y Don Federico Déciga”.


El San Bartolo de los Jacob, el de “Don Enrique y las más de tres generaciones de los Jacob, Gutiérrez y Soriano, como los Cano Soriano, con Ángel, Chucho, Gregorio, Nacho y Doña Eduviges, “Capullo”.


El centro y claro, San Bartolo, y la Festividad llena de devoción y fe, llena de colorido, y de profundo misticismo, de la alegría, y sobre todo unidad vecinal en torno a San Bartolomé Apóstol.


En verdad nada que despreciar de nadie, de la generosidad de mucha gente, de “Don Romero, Don Agustín Vega”, “Los Herrera, los Telésforo, o la Familia Maldonado, y Mayén”.


La fiesta, los juegos mecánicos que cubrían casi toda la calle 5 de mayo, hasta periférico, la calle Vicente Guerrero y José Becerril, las ceremonias religiosas, las mañanitas y el paseo del Santo Patrón por todo lo que es el territorio Parroquial, acompañado de mariachis, y una gran procesión.


Por la mañana, el café o el atole acompañado de tamales, para posteriormente estar en los bautizos, las confirmaciones y las primeras comuniones, la Misa Solemne del Medio día, y en la tarde, la convivencia en el amplio atrio, para que en la noche estar ateto en la quema del Castillo.


El Padre Nacho, o el Padre Gabriel, en aquellos años, entre otros sacerdotes responsables de la Iglesia, que data de 1575, la cual se edificó en dos etapas, entre el siglo XVI e inicios del XVII, dirigida por la orden sacerdotal Franciscana que fue la primera en llegar a la entonces nueva España en 1524.


La orden Franciscana se caracterizó por su arquitectura modesta y simple, siendo poco afectos a la decoración excesiva de sus templos.


En fin, en este 24 de agosto, en la Fiesta Patronal de San Bartolomé Apóstol, en el legendario San Bartolo, hay nostalgia, hay gratos recuerdos de aquel sitio que desafortunadamente se no fue de las manos.


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