“Semblanza”…
- Mario Ruiz

- 24 feb
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“Don Benito Gutiérrez Sánchez”, suscribe toda una historia de vida en su natal Naucalpan centro-San Bartolo-
• Pocos como él, han resistido la evolución vertiginosa que ha tenido este municipio y el proceso de adaptación en el tiempo.
• A sus 85 años de edad, conserva aún una memoria envidiable, y que en sus relatos aún llena de nostalgia y del recuerdo a demasiadas generaciones que tuvimos la suerte de encontrar tierra fértil en estas generosas tierras”.
Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN, Méx., a 24 de febrero del 2025.- “Embotellado de origen, como él dice ser y estar; con una mente lúcida y privilegiada a sus 85 años de edad, un hombre como muchos tantos de las tradicionales familias del legendario -San Bartolo- aquel sitio que aún llena de nostalgia y del recuerdo a demasiadas generaciones que tuvimos la suerte de encontrar tierra fértil en estas generosas tierras”.
Radicado toda su vida en la Calle 5 de Mayo en el número 49, y entre las milpas, y los recorridos a Santa María Nativitas, las Haciendas de Echegaray y San Andrés Atoto, o el Rancho Atenco, o los huertos, el rastro viejo cercano a su casa, “Don Benito Gutiérrez Sánchez”, suscribe toda una historia de vida en el Naucalpan centro.
Hijo de “Doña Altagracia Sánchez” y de “Don Reynaldo Gutiérrez Becerril”, y un ser ejemplar al lado de su hermano Rodolfo Gutiérrez “El Popo”, o su hermana Virginia y Margarita, en verdad hay notables relatos.
En su casona, aquella en donde vivió, en donde fue “fabricado y embotellado”, en ese amplio sitio lleno de innumerables episodios y travesías que aún conserva en su maravillosa mente; con su texana bien portada, una taza de café y un cigarrillo, cual grandes fumarolas sopleteadas al viento, “Don Benito Gutiérrez”, en su charla nos lleva a aquel San Bartolo sumergido en los anales del tiempo.
La platica, como si los días y los años no pasarán; su infancia con los amigos del barrio; con los Castillo Cadena, con Abraham, Jorge o Ignacio; La maestra Conchita, y Rosita, Arcadio Cadena e Ignacio (Nacho) Cano Soriano.
El barrio en su máximo; el caminar entre veredas, salir al encuentro de los tantos y tantos justamente amigos que pudieron socializar en ese entorno, en ese pueblo de todos, en donde todos se conocían, en donde todos de alguna forma convivían y todo igual, parecería que no hubiese clases sociales, esas divisiones imaginarias “entre ricos y pobres”, la comunidad simple y llanamente los unía.
De la charla, evidentemente para nada aburrida; tanto y tanta reminiscencia, sus naturales y la completa esencia en el Deporte de la Charrería, la “parentela o la Becerrilada”, los hombres y mujeres a Caballo, las suertes preciosamente charras.
La calle, en la ironía, su propio lienzo, en el que practicabas días enteros al menos el floreo, y andar con el caballo paseando por el pueblo de un lado a otro.
Con una serie de risas, el regreso a esos tiempos; “Don Benito Gutiérrez Sánchez”, nos introduce en su charla a un amplio anecdotario, a los otros amigos de 5 de Mayo; la Familia Carrillo, Pedro, Fausto, Gonzalo Polo y Tere; y con los Cano Olguín, Paco, Isabel o Martha, la escuela en el “gallinero, o del juguete regalado de mano” de Conchita Castillo.
La descripción del legendario San Bartolo; el mercado de entablado de huacales de madera, cubierto de largas sábanas de manta de “cabeza de indio”; el piso de tierra y hasta de lodo en las lluvias, al lado de la escuela primaria, Isidro Fabela.
Claro que no podía faltar en la platica lo que pocos conocen del Baile del Percal, en el salón arriba del antiguo correo sobre la avenida 16 de septiembre y la calle Jardín; esa noche de gala, de la alta costura en la presentación de la singular tela con estampados originales.
Un concurso que reunía a “la interesante clase social” del centro del municipio en la Noche del 15 de septiembre, en la década de los 50, 60,s y todavía en su última etapa, en los años 70,s.
Cada participante; hermosas mujeres de ese tiempo, jovencitas hijas de familias de San Bartolo exhibiendo las prendas de genuina autenticidad, bordados y deshilados, la labor y la randa. Los buenos terminados, económicos, y el amplio reconocimiento a la mejor costurera y hasta del nivel nacional, “Doña Manuela Sánchez Córdova”; madre de Doña Celia Abascal Sánchez, Rosita, esposa de “Don Moisés Becerril Rosas”.
En la mesa el dialogo, los nombres y nombres de la gente del pueblo, el uno, de dos o tres “peteretes”, el memorable Puerto de Veracruz de “Don Manuel y Paco Cano Razo”, y el herrado de caballos y Gonzalo que trabajó toda una vida con esos señores.
“Don Benito Gutiérrez Sánchez”, y su esposa que ya cruzó este plano, “Doña Silvia Merino Monterrosa”, y sus hijos, Renato, Reynaldo y Paco, un padre ejemplar, un hombre querido hoy por sus nietas y nietos; a quienes también practicaron el deporte de la charrería.
La Unidad Morelos, el de los primos y de ambas parte, del querido profesor Hugo Merino, Eloy, o Audomaro Becerril, Armando Becerril, ”los Pacheco, Jaime, y Luis, los Ruiz Chimal, entre otras familias.
El tetracampeonato Nacional de la Asociación de Charros; Manuel Ávila Camacho de manera consecutiva, entre los años 1961 y 1964, inscritos en los certámenes de Tuxpan, Puebla, Mazatlán y Ciudad Juárez, Chihuahua.
Sumamente orgulloso de la MAC y de su hermano, y durante los cuatro años que lograron las coronas de forma consecutiva: “Don Moisés Goñi Reyes fue el calador, pialaban Félix y Santiago Díaz y los coleadores eran Horacio y Eduardo López Becerril, así como Moisés Becerril, alternando con Alejandro Becerril y Rodolfo Gutiérrez Sánchez el Popo”.
“La MAC” toda una leyenda en el Deporte Nacional, la destreza, cada suerte en el redondel”, la satisfacción de poner a Naucalpan en el plano Internacional a una gran dinastía de charros.
Por otra parte, el humor de “Don Benito Gutiérrez Sánchez”, la plática amena y sin poder cortarla debido a la emoción y de verdad, con que se cuentan las cosas; el servidor público, el Copaci o delegado de la colonia, del Pueblo de San Bartolo, de los que es la cabecera municipal y los apoyos de la Familia Valle, Rodríguez, Déciga o Maldonado, el propio Paco Cano y “Don Armando Becerril Yáñez y Estrada”.
El Naucalpan centro, el capítulo de la Revolución Mexicana, los rebeldes y los túneles de “Los Zapatistas” poco conocidos, las aventuras de la revuelta del coronel Benito Gutiérrez, y todos los alzados hasta el general Román Díaz en San Francisco Chimalpa y los estacamiento de los soldados.
El San Bartolo místico, o el de las leyendas, el de los campos de fútbol y los deportistas de la Unidad Cuauhtémoc, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la relaciones entre iguales.
En lo más sagrado, el trabajo con la iglesia, con la Parroquia de San Bartolomé Apóstol, en el que nadie puede negar, el enorme apoyo que la Familia Gutiérrez Sánchez, entregó en un íntegro apostolado, y no se diga Virginia, “Quinita o Margarita”, en el catecismo, o en la Tercera Orden de “Las Hermanas Franciscanas”, en su parroquia.
La satisfacción de aún estar en vida, el contar las peripecias de niño, en su juventud, en la madurez y hoy en la mayoría de edad, y todavía verlo caminando como de costumbre entre las calles de San Bartolo, el llegar a su casona, y sentarse a respirar un rato luego del cansancio.
Un vaso de agua, la exhalación profunda, cuales rasgos en su rostro de todo lo vivido, en sus diferentes etapas y hasta ahora, en la que continúa andando en estos vuestros tiempos, con el cumulo de experiencias en su ser y su existencia.




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